martes, 5 de octubre de 2010

LA MEDIACIÓN y sus principios.

Joaquín Arnulfo Roché Cisneros.


             Todos los procesos, para que sean exitosos, deben estar regidos por una serie de principios, que son los que le dan congruencia y definen su naturaleza; con uno solo que no se cumpla, no se cumple con su cometido.
          La Mediación es un procedimiento voluntario, confidencial y flexible, para ayudar a que dos o más personas o instituciones, encuentren la solución a un conflicto en forma no adversarial, regido por principios de equidad y honestidad, en el que interviene un tercero imparcial y neutral llamado mediador.
             La anterior definición de nuestro tema –La Mediación- es una de las más aceptadas en el medio y en ella se pueden identificar hasta ocho de los principios que la alientan, siendo un procedimiento en el que privan: La voluntariedad, la Confidencialidad, la Flexibilidad, la Equidad, la Honestidad, la Imparcialidad, la Neutralidad y la Legalidad, procedimiento que se debe seguir ante un tercero llamado Mediador.
          Que debemos entender por cada uno de los principios antes señalados?
           Así entendemos cada uno de ellos:
            LA VOLUNTARIEDAD: Para que una mediación se pueda iniciar se precisa la solicitud de una de las partes, por si o por su representante, ya que no se puede actuar de oficio; y por supuesto, se requiere la aceptación de la otra parte.
            La voluntad de someterse a la mediación puede ser previa al conflicto, como sucede con la cláusula compromisoria, que se puede pactar en los contratos para acudir a este procedimiento en el caso de que surja algún problema con motivo de su interpretación o cumplimiento.
           Igualmente, se puede llegar al procedimiento en virtud de la recomendación que hace un tercero que ya haya tenido una experiencia exitosa o bien, por remisión hecha por las instituciones, ya se judiciales o administrativas.
            La permanencia en el proceso, así como su continuación y finalización debe estar presidida por este principio, hasta arribar al resultado deseado y a la firma del convenio respectivo, que contendrá el compromiso reparatorio querido.  
            LA CONFIDENCIALIDAD: Una vez aceptada la invitación a participar en el proceso, los interesados deberán firmar un convenio de confidencialidad por medio del cual se comprometen,  junto con el mediador, a no difundir  lo que ahí se diga sin la autorización de la otra parte, ni a utilizar en ningún otro procedimiento la información que se obtenga. Lo que en las sesiones de mediación se exprese, ya sea con uno o ambos mediados, queda confinado en ese ámbito. Esto significa que lo que en la mediación se exprese, no podrá ser usado como prueba en ninguna instancia.
           LA FLEXIBILIDAD: Todo proceso judicial o administrativo es rígido, está sujeto a una serie de formalidades, plazos y términos impuestos, inquebrantables, que no se pueden evitar, que no quedan dentro del control de los interesados, lo que, entre otras cosas, propicia la incertidumbre y la opacidad en el desempeño, tanto de las autoridades como de los mismos abogados. En cambio, la mediación se desarrolla de acuerdo con los tiempos, ritmos e intereses que los involucrados disponen o acuerdan, lo que facilita su ejercicio. Sin embargo, deben respetarse siempre unas reglas mínimas en relación con la duración  y con la agenda de las negociaciones.
           LA EQUIDAD: En la Grecia antigua, era una forma de hacer justicia, era la voluntad constante de dar a cada quien lo suyo. Debemos entenderla como la convicción de que las pretensiones de las partes, actuando de buena fe, son las más adecuadas, las más coherentes, apegadas a la razón, guardando la proporcionalidad y el buen juicio; los acuerdos que se tomen no deben dar la impresión de que una de las partes ha obtenido ventaja de alguna situación de superioridad sobre la otra.
          LA HONESTIDAD: Para dar cumplimiento a  este principio tanto el mediador como los mediados deben actuar con toda buena fe y hablar siempre con la verdad. Actuar con honestidad significa ser serios, veraces, decentes, justos y transparentes. Aquí se presenta la ocasión que tiene el mediador para excusarse de participar en aquellos casos en que su imparcialidad se pueda ver afectada, en virtud de alguna relación que lo comprometa.
           LA IMPARCIALIDAD: Este principio se enuncia como la obligación del mediador de no tomar partido, ni manifestar en ningún momento simpatía en pro de alguno de los interesados en el proceso, por lo que debe tener especial cuidado en la forma en que se expresa,  así como en sus actitudes corporales, para no mandar mensajes de favoritismo, pues se perdería la confianza y la posibilidad de tener un resultado exitoso. La idea es dar un trato igual a cada parte.
           LA NEUTRALIDAD: Íntimamente asociado con el principio de imparcialidad, pero diferente, el de neutralidad compromete al mediador a permanecer en una posición equilibrada y equidistante de las partes, a permanecer ajeno al conflicto, pues éste pertenece a los mediados, pero sí interesado en dirigirlos, en facilitarles la comunicación y conducirlos a obtener el resultado que convenga a sus intereses.
          Este principio debe sugerir a los mediados que el mediador no se encuentra comprometido con ninguna de las partes en conflicto, que en ningún momento formará alianzas con ninguna de ellas, en perjuicio de la otra, ya que inclinarse a favor de uno o de otro equivale a juzgar, y no se trata de eso.
           LA LEGALIDAD: En todo procedimiento de mediación están en juego los derechos de los mediados, por lo que cada convenio firmado por las partes debe ser permitido por las leyes, por lo que ha de ser supervisado por un perito; en muchos casos dichos acuerdos son homologados por la autoridad judicial, para que se cuide que no se convenga respecto de derechos sobre los cuales no se tenga la total disposición y no se violen derechos de terceros o se conculquen los de la sociedad. Si el mediador es un perito en derecho deberá tener especial cuidado en que se cumplan estos extremos.
          EL MEDIADOR.- Por último, la definición exige que todo el proceso se lleve a cabo, por supuesto, ante el mediador, quien es el tercero, el extraño, el de afuera, que no toma decisiones por los mediados, sino que les ayuda a facilitar su comunicación a través de un procedimiento metodológico, tomando en cuenta sus emociones y sentimientos, centrándose en sus necesidades e intereses, para que pongan fin a su controversia en forma pacífica, satisfactoria y duradera, llegando a un acuerdo, que como alguien dijo, “parezca un fruto jugoso, apetecible a las dos partes, quienes podrán sentarse a la mesa para comerlo juntos”.




viernes, 1 de octubre de 2010

La Mediación y el Mediador

       Las personas cuando se ven involucradas en algún conflicto generalmente se resisten y lamentan tener que recurrir a los tribunales tradicionales, en virtud del alto costo que les representa, tanto en tiempo como en dinero.
       De ahí que los procedimientos alternos para solucionarlos, entre ellos la mediación, han ido teniendo cada vez mayor éxito en el mundo, y cada día se utilizan más en nuestro país, tanto la mediación que se imparte de manera pública, como aquella que se practica de manera privada.
       Sabemos que la Mediación es un proceso voluntario, ágil, confidencial, de bajo costo, cuando no gratuito, si lo imparte un centro público, por medio del cual se encuentra una solución rápida y duradera a los conflictos.
       La Mediación, es considerada una forma alterna para solucionar las controversias, y es llamada así por practicarse, ya sea en sustitución o en forma complementaria, de los procedimientos que las leyes comunes han diseñado.
       En ejercicio de su autodeterminación, en la mediación, el ciudadano reasume el rol protagónico, para encontrar por él mismo, en forma colaborativa, la solución que más le favorezca; es una actitud de decidir y tomar responsabilidades.
       Protagonista, también, de primera importancia en todo proceso de mediación lo es el Mediador.
      El Mediador es un profesional de la mediación que, como tal,  para poder realizar su trabajo de una manera eficiente, requiere reunir cierto perfil.
      Pero, primero, ¿Cual es el papel del mediador?
      El mediador es el personaje que facilita la comunicación entre las partes, con el propósito de construir acuerdos duraderos y viables de ser cumplidos; para ello debe estar investido de una serie de atributos personales, derivados tanto de su carácter o personalidad, como de su formación profesional, esto es de sus habilidades o destrezas, innatas o adquiridas, para poder asumir un papel  neutral e imparcial, que capte la confianza de las partes en conflicto.       
       Por tanto, el Mediador no solo debe tener entrenamiento técnico, sino que debe saber armonizar las emociones encontradas; debe contar con una gran capacidad de escucha y empatía y una notable confianza en sí mismo y sus habilidades, para crear en las partes la credibilidad que se requiere.
       Algunos de los atributos del mediador, asociados a su persona, son: su estilo personal para abordar el conflicto, su carácter, el manejo de las relaciones sociales, el uso de las emociones; el tacto, la diplomacia, la consideración, el arte de saber escuchar, de hablar, el poder de persuasión y el sentido del humor.
      El mediador debe tener la capacidad de darse cuenta, inmediatamente, del estado emocional de las partes, de poder manejar esas emociones para ir despejando el conflicto de la gran carga que estas representan y que muchas veces les impide razonar y con frecuencia olvidar, la verdadera causa de su problema, lo que deriva en discusiones sin sentido y sin destino.
      Algunas emociones que pueden surgir durante el proceso de la mediación, de las que debe estar pendiente el mediador, para que no se desborden serían: el odio, el disgusto, el enojo, el desprecio, la hostilidad, la culpabilidad, la turbación o la sorpresa.
      Otro atributo es aquel que consiste en la capacidad de transmitir la sensación de que se preocupa por el asunto ajeno, lo que hacer crecer la empatía y la confianza en el mediador; habilidad que va de la mano de la de poder percibir y descifrar el lenguaje corporal o algunas señales como cambios en el tono de la voz, cambios en la mirada, guiños y gesticulaciones.
      Entre los atributos derivados de la preparación y la capacitación del mediador, debemos encontrar el entrenamiento y la práctica reflexiva, así como una formación interdisciplinaria, para así poder tener un enfoque variado del conflicto.
       El mediador no solo es el abogado que se preocupa por la legalidad del proceso y sus implicaciones en la esfera jurídica de cada una de las partes, velando por que sus derechos no sean vulnerados, sino que también es el sociólogo que sabe leer las relaciones que se encuentran involucradas; es el psicólogo que comprende las emociones que entran en juego, y es el sacerdote que escucha, perdona y ayuda a que sanen las heridas que se han causado. 
       El buen mediador es aquel que actúa con imparcialidad y neutralidad, esto es, que no debe favorecer a ninguno de los adversarios, ni sugerir las opciones de solución que pueda presentar el conflicto; no debe asumir un rol de asesor de ninguna especie, ya que ello pudiera implicar la percepción de favorecer a alguno de los adversarios, con la consecuente pérdida de la confiabilidad que debe prevalecer.
      Como hemos expuesto de una manera somera, el mediador debe ser una persona investida de una serie de cualidades, algunas innatas, otras adquiridas, que le permitirán, de manera efectiva, conducir el diálogo entre las partes, para que estas puedan encontrar la solución que más les favorezca, con el beneficio colateral de restañar las heridas que el conflicto ocasionó y propiciar de esta manera la convivencia armónica.
         La figura del mediador se encuentra estrechamente identificada con  la de aquella persona que razona, que ama la paz y la justicia, que dialoga, que es simpática, pero también empática, que es poseedora de un sentido común notable y racional, que la faculta a participar en los conflictos ajenos, sobre los que ejerce una influencia determinante, perfil que no encuadra  con cualquier persona de la comunidad, sino que se vincula con posiciones de autoridad natural y reconocimiento social, es decir, de prestigio.
        El Mediador es una persona de influencia y de prestigio en su comunidad.

     Joaqu{in Arnulfo Roché Cisneros

LA MEDIACIÓN, donde se aplica?


        La mediación es un proceso que sirve para tratar toda clase de conflictos, entre ellos podemos citar: los que se ocasionan en el seno familiar, o en las escuelas, en las comunidades, en el ámbito laboral o en el empresarial y comercial y en relación con la problemática de los  jóvenes.
       A continuación, señalamos algunas áreas donde es aplicable:

         EN LA FAMILIA

         La familia, como base de la sociedad, es un sistema en constante transformación y desarrollo. Es una institución muy dinámica y en virtud de ello crea una gran cantidad de relaciones y por tanto genera conflictos al interior de sus subsistemas y en los diversos ciclos de su crecimiento. 
          La mediación en el ámbito familiar puede ser utilizada en temas como el divorcio, custodia de hijos, tenencia y división de bienes, pensiones, sucesiones, empresas familiares, violencia familiar, disputas entre padres e hijos, entre hermanos o disputas entre parientes políticos.
         El mediador, debe siempre tener cuidado, sobre todo en el tema de violencia familiar, en que no se haya incurrido en algún delito que sea perseguible de oficio por el Ministerio Público, para no caer, también, en una infracción de este tipo.

         EN EL AMBITO EDUCATIVO

         La escuela, es un lugar en el que se da una gran cantidad de relaciones, algunas muy complejas: Alumnos entre si; entre el alumno y la Dirección y con los maestro; entre el alumno y el prefecto; entre el alumno y los conserjes y con los guardias; entre maestros, o con los padres de familia, o con la Dirección.
         Cada una de estas relaciones puede generar un conflicto, y generalmente así sucede, lo que incide en el deterioro del ambiente que debe existir en las escuelas y por consiguiente en el aprovechamiento y en el cumplimiento de los programas escolares.
         Tema de gran actualidad es el del llamado “bullin” que no es otra cosa que el acoso violento y el abuso que algunos estudiantes infligen a los compañeros mas débiles, seguramente producto de lo que han visto en su entorno familiar.
         Es necesario diseñar un plan que incorpore en la currícula escolar la cultura de la Mediación en la formación de valores, para prevenir el surgimiento de violencia escolar y reforzar el Programa de Escuelas de Calidad y el de Escuelas Seguras.
         Es recomendable la inserción de temas relacionados con la Mediación y resolución de conflictos en los programas de formación de maestros.
         Se deben diseñar los programas de Mediación con la participación de todos los actores, porque sólo cuando la necesidad es conocida por los interesados, podrá desarrollarse el interés y compromiso sostenido para cubrirla, aumentando el compromiso con la participación en la toma de decisiones, generando así responsabilidad  en todos los que  participaron en el diseño. 
         Las autoridades escolares, los maestros y los padres de familia deben ser los protagonistas de los programas de Mediación escolar.
         En éste ámbito, la Unidad Académica Multidisciplinaria “Francisco Hernández García”, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas,  Campus Victoria, ha incluido en su currícula como materia optativa, los Medios Alternos de Conflictos, la cual, incluye la Mediación.

         EN LA COMUNIDAD

         La preocupante situación de violencia y las carencias que sufren las comunidades ha llevado a algunos de los gobiernos a reconocer en la Mediación la posibilidad de una aproximación diferente a los conflictos de la comunidad, como una política pública que debe ser imitada.
         Aquí en Tamaulipas, se está trabajando intensamente en la Mediación Comunitaria, a través de lo comités de participación ciudadana. De esta forma se está llevando al conocimiento y práctica de este medio de solución pacífica, a los más amplios estratos de la población.
         Para que este procedimiento tenga el más completo éxito, como en todos los casos de mediación, es preciso que ésta sea practicada entre pares, de ahí la necesidad y conveniencia de llevar la capacitación a los vecinos y de entre ellos seleccionar a quienes hayan demostrado reunir el perfil adecuado.
         Lo grandioso de la mediación comunitaria es que sirve a varios propósitos: principalmente a la resolución del conflicto y a la restauración de los vínculos y de las relaciones previas, pero además y en gran medida, a la prevención de delitos.
         Cuando fui Magistrado en el Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas, donde serví en una Sala Unitaria y en la Colegiada, ambas del ramo penal, logré conocer infinidad de casos delictuosos, algunos leves, otros muy graves, pero la gran mayoría se originaron en pequeños conflictos entre vecinos, entre habitantes de un mismo barrio, comunidad o ejido, que de haberse tratado puntualmente y de manera profesional en un proceso de mediación, se hubiera evitado la gran tragedia de ser protagonistas del drama que significa un proceso penal.

Joaquín Arnulfo Roché Cisneros.

viernes, 13 de agosto de 2010

La Mediación...para que sirve?

LA MEDIACIÓN, para que sirve?
                                                         
                                                                                                               Joaquín Arnulfo Roché Cisneros.
             El zoon politikon, del que hablaba Aristóteles, es el animal social, el animal político, vamos, el hombre, que siente la necesidad de vivir en sociedad, para poder realizarse. Si no puede vivir en sociedad, o es una bestia o es un dios. Yo, me inclino por lo primero.

             El hombre, animal gregario, tiende a reunirse en grupos sociales, para poder sentirse bien, como los animales que se reúnen en manadas.

            Pero, para que se reúne el hombre?
            Por que busca vivir en sociedad con otros seres humanos?
            La respuesta parece sencilla: para no sentirse vulnerable, para no sentirse débil; para desarrollarse, producir, crecer, lograr sus objetivos y muchos etcéteras más.
            Pero, conforme las sociedades que el hombre ha formado para cumplir sus propósitos, han ido creciendo y las relaciones que ha construido se hacen más complejas, igual de complejo resulta vivir en ellas.
           Con el tiempo, el tejido social formado con tantas y tantas relaciones se ha vuelto demasiado denso y en cada punto de contacto de cada hebra de ese lienzo, existe latente el origen de un conflicto.
           Y aquellas instituciones, que el gobierno de esa sociedad diseñó para resolver los conflictos y lograr la paz social en su seno, con el tiempo, también, se han visto saturadas e incapaces, por muchos motivos, de hacer su trabajo.
           Pero el gobierno tiene, como obligación primordial, garantizar a sus socios la tranquilidad y la seguridad que necesita y que exige, pues para ello se reunió y entregó a su gobierno una parte de su soberanía.
           El famoso contrato social, el hipotético pacto social que nos menciona Juan Jacobo Rousseau.
           Por eso, para poder seguir cumpliendo con su parte del pacto, para no desaparecer, como toda sociedad desaparece cuando su objeto social se vuelve imposible de alcanzar, el gobierno debe revisar sus proyectos, renovar sus procedimientos, en busca de nuevos esquemas.
           Así es como, aquí en Tamaulipas, el 21 de Agosto de 2007, la Mediación adquiere su carta de naturalización, mediante la publicación en el Periódico Oficial del decreto que crea la Ley de Mediación para el Estado de Tamaulipas.
           La mediación es un procedimiento voluntario, confidencial y flexible, para ayudar a que dos o más personas o Instituciones, encuentren la solución a un conflicto en forma no adversarial, regido por principios de equidad y honestidad, en el que interviene un tercero imparcial y neutral llamado mediador.
           El mediador no toma decisiones por los mediados, sino que les ayuda a facilitar su comunicación a través de un procedimiento metodológico, tomando en cuenta sus emociones y sentimientos, centrándose en sus necesidades e intereses, para que pongan fin a su controversia en forma pacifica, satisfactoria y duradera.
          La Mediación es un proceso que se utiliza para resolver conflictos existentes, para prevenir otros y para mitigar los efectos negativos que estos provocan, logrando, así, restablecer las relaciones dañadas.
          La Mediación es un instrumento para la paz, no para la lucha.
          La Mediación no es una manera de Administrar Justicia, ni tampoco es sustitutiva de ella, sino que es un sistema en sí mismo para la solución de conflictos, que puede, eso sí, ser complemento de un proceso judicial, que permitirá que concluya el mismo, minimizando los efectos negativos que este provoca entre las partes.
          La Mediación en la familia, en la escuela, en las comunidades y con los adolescentes, contribuye a fortalecer el tejido social por su influencia en el mejoramiento de las relaciones tanto interpersonales como grupales.
         Ante los altos índices de inseguridad, las políticas públicas que hoy se aplican deben responder eficazmente a la ciudadanía, debiendo ser orientadas a la prevención etiológica del crimen.
         Para cumplir este objetivo, o sea le prevención del delito, la Mediación es una estrategia pertinente.
         Igual lo es para mejorar las relaciones familiares, las comerciales, la convivencia escolar y la vida armónica en la comunidad, restableciendo los vínculos que, con el conflicto, se han visto lesionados.
         Estos temas los abordaremos en posterior colaboración, con el permiso de esta casa editora y con nuestro agradecimiento por su amable hospitalidad.

jueves, 12 de agosto de 2010

Has escuchado de la Mediación en Tamaulipas?

En Tamaulipas existe la mediación en forma oficial desde el año de 2007. Es operada por el Instituto de Mediación del Estado de Tamaulipas. Estamos trabajando en varias vertientes, como son la Comunitaria, la Familiar, la Penal y nos estamos preparando para hacer nuestro trabajo cuando se implemente el nuevo procedimiento penal.